El juego “Blue Whale” (La ballena azul) es un siniestro desafío que invita a niños y adolescentes a superar 50 pruebas (una por día). El fenómeno se ha extendido rápidamente a través de Internet y de las redes sociales.
Supuestamente el “juego” se habría originado en Rusia, pero se estaría propagando y moviéndose a otras partes del mundo. Ya se han registrado casos de suicidios de menores y adolescentes en Europa, Asia y ahora América Latina.
Algunas les obligan a despertarse de madrugada a mirar videos de terror, cortarse el brazo con una navaja o acercarse al borde de un precipicio. La última consiste en suicidarse saltando desde un balcón.
El juego de la “Ballena Azul” inicia cuando los chicos y adolescentes son invitados, a través de Internet y redes sociales a participar y se los desafía a cumplir estas 50 pruebas. La comunicación con quienes aceptan ser parte del desafío se realiza a través de IM (Messenger, WhatsApp, Line, etc.) en grupos cerrados, donde un moderador lleva adelante el seguimiento de los participantes.
Las pruebas consisten en realizar acciones de privación de sueño (quedarse sin dormir por horas o días), ver films de terror y auto flagelarse. Los participantes deben demostrar que cumplieron con los desafíos publicando en los grupos y redes fotografías (cortes en los brazos, dibujarse una ballena en la piel y otras acciones similares). El objetivo final del “juego” es cumplir las pruebas en el tiempo estimado y último desafío es el suicidio.
Esto es sumamente peligroso y los padres deben estar atentos ya que, sin saber por qué, los promotores de este “juego” se enfocan en captar a niños y adolescentes, quienes muchas veces en busca de un sentido de pertenencia o rebeldía pueden verse tentados a superar estos desafíos.
Consejos
La mejor solución es la prevención y para esto nada mejor que el diálogo y conocer qué hacen los niños y adolescentes en Internet y en las redes, ya que es allí donde se ocultan los promotores de este fenómeno.
Consejos básicos sobre como detectar este comportamiento:
- Hablar con los chicos y jóvenes para prevenirlos sobre este tipo de peligros y el uso de las redes sociales con extraños.
- Generar confianza entre los padres e hijos/jóvenes para conversar sobre cualquier indicio de comportamiento.
- Los adolescentes que son contactados a través de las redes sociales deben dar aviso a adultos o realizar una denuncia, para que estos grupos no se sigan expandiendo.
- Señales de alerta en las personas que juegan: alteración del sueño, consumo de sustancias o cualquier otra conducta fuera de la habitual.
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