El 68,6 por ciento de las pequeñas y medianas empresas (Pymes) de 12 países de Latinoamérica sufrieron ataques de virus informáticos en los últimos 12 meses, según un estudio realizado por la firma Prince & Cooke para Microsoft.
Durante 2009, esa cifra ascendía a 73% y, de esa cifra, 35% habían tenido éxito En estos casos, todas las empresas resultaron afectadas por pérdidas de tiempo por inactividad debido al robo de información.
Estos datos forman parte del estudio sobre los riesgos y amenazas del uso del software ilegal, de los costos adicionales generados por su utilización, y del grado de reconocimiento que tienen las Pymes en la región sobre este problema.
El estudio indica que las Pymes ven a los virus y delitos cibernéticos como los principales riesgo del uso de programas ilegales con un 60,7 por ciento de las respuestas.
Le siguen la pérdida de información por fallos causados en los sistemas (53,6 por ciento), gastos inesperados o reparaciones (50,2 por ciento), robos de información (45 por ciento) y pérdida de productividad (44,1 por ciento).
El estudio también señala que un 13,6 por ciento de las Pymes experimentaron la pérdida de información sensitiva o valiosa.
Uno de las consecuencias de estos elevados porcentajes de perjudicados es que el 65 por ciento de los encuestados solicitó una mayor actuación de los gobiernos contra la piratería y un 72 por ciento lo exigió a las empresas de software.
Microsoft también dio a conocer los resultados de una encuesta a nivel mundial en la que 38.000 personas de 20 países señalaron que uno de cada dos consumidores está preocupado por la pérdida de datos o el robo de su identidad por el uso de software ilegal.
La encuesta señala que el 80 por ciento de las personas consultadas están preocupados por los riesgos que conlleva el uso de software pirateado y que el 70 por ciento considera los programas originales como más seguros, estables y fáciles de actualizar.
Entre las principales preocupaciones citadas por los entrevistados se encuentran la pérdida de datos y el robo de identidades.
Fuente: Ambito